Durante los últimos tres años los jugadores hemos sido las víctimas de la especulación que ha arrasado el mercado del hardware gráfico. Con la minería de criptomonedas fuera de combate podríamos prever que los precios caerían y todo volvería a la normalidad. Y no ha sido así. Al menos, no del todo.
Las tarjetas gráficas no han esquivado esta coyuntura. Durante las últimas semanas NVIDIA y AMD han presentado sus nuevas propuestas, y sus precios las colocan fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios. No podemos pasar por alto que todas ellas son soluciones de gama alta, pero, aun así, aunque contemplemos la inflación una de estas tarjetas cuesta en 2022 más que una solución equiparable hace cuatro o cinco años.
Los usuarios tenemos derecho a manifestar nuestra disconformidad con el precio que tienen los productos en los que estamos interesados, sobre todo cuando hemos presenciado que se ha incrementado perceptiblemente en un plazo de tiempo relativamente breve. Aun así, el comportamiento del mercado de las tarjetas gráficas no está alineado actualmente con la incomodidad que expresan muchos jugadores.
No sabemos exactamente cuántas GeForce RTX 4090 y 4080 han colocado en las tiendas NVIDIA y los integradores como ASUS o Gigabyte, entre otros, pero podemos estar seguros de que no han sido pocas. TSMC no asigna uno de sus nodos litográficos más avanzados a un cliente si previamente no existe el compromiso de producir una cantidad mínima de chips de alta integración. No obstante, tenemos un dato muy revelador: NVIDIA hasta ahora ha vendido más de 100.000 GeForce RTX 4090.
Una conclusión razonable a la que podemos llegar es que hay muchos entusiastas de los juegos dispuestos a pagar los precios que nos piden los fabricantes. De lo contrario no existiría este apetito por hacerse con las nuevas, ambiciosas y poco asequibles GeForce RTX 40 que ya están en las tiendas.
No tenemos una bola de cristal que nos permita anticipar cuánto nos costarán las próximas generaciones de tarjetas gráficas de gama alta, pero parece poco probable que la tendencia actual se vaya a revertir. Posiblemente los precios de lanzamiento no bajarán, pero aún hay esperanza.
Crucemos los dedos para que las propuestas de gama media tanto de NVIDIA como de AMD que llegarán durante los próximos meses tengan unos precios mucho más comedidos y su rendimiento esté a la altura. De hecho, debería estarlo. Las microarquitecturas Ada Lovelace y RDNA 3 incorporan innovaciones muy interesantes, y quizá estas tarjetas sí estén al alcance de muchos más entusiastas de los juegos.