Da igual que tengas un procesador Kaby Lake de última generación, o una amplia memoria RAM a 2400 MHz, entre otros, que el rendimiento de tu disco duro puede hacer que el ordenador vaya lento. Y no estrictamente el rendimiento del hardware –del disco duro o SSD- sino la gestión que Windows 10 hace de él. Hay un problema muy habitual que no sólo ocurre en Windows 10 –donde es más frecuente- sino también en Windows 8 e incluso Windows 7. Cuando, en el administrador de tareas, nos encontramos con el 100% de uso del disco duro.
La velocidad de lectura y escritura del disco duro, igual que si tienes un SSD, está limitada. En equipos modernos el ancho de banda máximo debería ser de 6 Gb/s y las tasas de escritura y lectura pueden rondar los 500 MB/s fácilmente, pero incluso con estas especificaciones técnicas hay usuarios de Windows 10 que se encuentran con que se está usando el 100% de disco duro –de sus prestaciones, vaya-, y por tanto el ordenador funciona lento aunque la CPU se mantenga en un 30% –por ejemplo- y haya espacio disponible en RAM.
Es un problema de Windows 10 que puede tener diferentes orígenes, y por tanto también hay varias soluciones posibles.